El sector lácteo genera ingresos que van directamente a las comunidades cercanas a las fincas de producción.
Guatemala es un país con un alto número de fincas productoras de leche. Actualmente son aproximadamente 14,000, de estas 800 son formales y pertenecen a 16 empresas que producen entre 200,000 a los 5,000 kilos de leche por día. Mientras que otros 3,000 productores entregan su leche a 250 pequeñas plantas artesanales. El resto de las plantas son de autoconsumo.
Una gran parte de fincas se encuentran en el interior del país, puesto que la zona tradicional de desarrollo lácteo de Guatemala es el altiplano central, es decir, Chimaltenango y Guatemala zona San José Pínula. La zona sur oriental, Santa Rosa, Jutiapa, Jalapa y Costa Sur, Escuintla y Suchitepéquez. También existen cuencas lecheras en el centro de Alta Verapaz, Zacapa y Chiquimula. La potencialidad futura se encuentra en Izabal, norte de Alta Verapaz y Sur Oriente de Petén, allí ya existen un inventario importante de ganado bovino y las fincas son adecuadas para el desarrollo de una ganadería sostenible.
“Lo anterior, se refleja en resultados como que la producción de leche a lo largo del año es de Q1,200 millones ($150 millones) que van directamente al área rural, a diferencia de otras actividades agropecuarias que son estacionales” Ramiro Pérez, Director Ejecutivo de la Asociación de Desarrollo Lácteo.
Por esta razón, la Asociación de Desarrollo Lácteo, considera fundamental el apoyo a la industria rural, ya que una amplia fuente de empleo en las comunidades cercanas a las fincas de producción. Además, que impulsa el desarrollo integral en los guatemaltecos debido a que la ganadería nacional representa el 8% del producto interno agropecuario (PIBA) y este a su vez es el 13% del producto interno nacional (PIB). Es importante destacar, que el apoyo no solamente beneficia a las comunidades aledañas, sino también al país.
Adicionalmente, de acuerdo con ASODEL, en los últimos años se ha integrado cada vez más la mujer en la actividad láctea. Actualmente el 80% de la mano de obra de las plantas lácteas son mujeres. Esto como resultado de la sensibilidad de las mujeres a la maternidad, ya que las ha hecho participar con gran éxito en la crianza de terneras y en los servicios veterinarios. También, ha permitido a las mujeres empoderarse, formando pequeñas industrias rurales lácteas, como emprendimiento.